sábado, diciembre 09, 2006

La prosperidad, es posible?

La Prosperidad, es posible en estos tiempos? Parte I de III
Columna de opinión. Diario El Benavidense. Tigre Pcia Bs. As.
Por Agustín Rodolfo de la Precilla. *

A los efectos de invitar a los lectores a reflexionar, acerca de la importancia de “vivir la vida con dignidad”, me he permitido escribir este artículo de opinión.
En primer lugar, creo necesario hacer notar que gran parte de la población en nuestra Argentina, está lejos de alcanzar niveles de evolución aceptables, en las actuales condiciones socio-económico-culturales. En otras palabras, soportamos una gran y elevada frustración. Como ejemplo superador, pensemos en lo siguiente: El Dr René Favaloro, provenía de una familia muy humilde y alcanzó mediante grandes esfuerzos, voluntad y perseverancia, el título de MEDICO. A lo largo de su carrera, logró méritos formidables destacándose internacionalmente por el gran aporte a la medicina mundial y, prestigiando a nuestro país, enorgulleciéndonos por contar con tan destacado exponente.
En estos tiempos, un joven que provenga de una familia humilde. ¿Podrá obtener un título universitario?. Tal vez. Solo si cuenta con una gran voluntad personal, con elevado nivel académico en la universidad, con contención familiar y fundamentalmente con gran dedicación.
Reflexionar cómo hacer para tomar un camino que permita mejorar la situación, es el objetivo y, disponer de un diagnóstico claro sobre qué puede hacer cada uno de nosotros y, cómo ayudar a que los jóvenes, puedan alcanzar objetivos que luego los proyecte a una vida de libertad y prosperidad. Algunas preguntas para facilitar el posible desarrollo de acciones directas.
· De qué depende nuestro desarrollo personal? De nosotros mismos, en principio.
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1. El desarrollo personal (en mi opinión), depende absolutamente de los conocimientos culturales que cada uno de nosotros pudo haber obtenido desde la edad escolar y sobre todo en su ambiente familiar. A propósito recordemos: la familia educa y la escuela instruye.
2. Aquel que tuvo la oportunidad de incorporar conocimientos importantes, entonces potenciará sus posibilidades. Mejor nivel educativo, más posibilidades de desarrollo.
3. Cómo enfrentar esta crisis agobiante? Esto merece qué plantearse, cómo y cuanto quiero prosperar. Aquí se presenta una opción clara : CUANTO QUIERO PROSPERAR? Si ante la pregunta el lector se siente conmovido, tal vez hasta sacudido por esta pregunta, entonces es porque hay deseos de modificar esta situación que estamos padeciendo. Cómo generar voluntad, aptitud, actitud, es también un desafío que invito a enfrentar.

EDUCACIÓN y SALUD. Son parte de las formas adecuadas.

Si un niño, desde su nacimiento, recibe una adecuada alimentación, cariño y afectos de sus padres y entorno, es probable que tenga más posibilidades de alcanzar niveles de gran desarrollo general.
Cuando los habitantes obtengan EDUCACIÓN aceptable y acceso a la SALUD sin inconvenientes, podrán creer en un futuro promisorio. Un futuro con PROSPERIDAD. La prosperidad el algo que viene unido a nuestros sueños y especialmente a nuestro deseos de progreso. Toda vez que, por los diferentes medios (tv, revistas, diarios, radios, internet) nos enteramos que otras sociedades logran un desarrollo sostenido en materia de divertimentos, salud, educación, deportes, esparcimientos, etc, entonces es cuando en nosotros se produce un sentimiento de deseos, deseos de aspirar a eso mismo que admiramos.
Dos formas de obtener esas mejoras: Una es lícita y la otra es ilícita. Para la primera, se necesita, estudiar, disponer de salud, de trabajo, de una fortaleza espiritual que impulse a evolucionar y alcanzar lo que deseamos.
Y la segunda posibilidad, que se presenta como “envidia” y que se puede transformar en ilícita, situación ésta que se ha desarrollado ampliamente en algunos sectores de nuestra sociedad. Trataré de explicar esto en pocas palabras: La envidia sana, significa, conocer el confort que tiene otra persona y desearla para uno. La acción adecuada es esforzarse trabajando muy fuerte, ahorrando capital a fin de obtener el mismo confort. La otra forma es una envidia mala, es decir “apoderarme” de lo que tiene otra persona para disfrutarla. Está claro que este camino lleva a la delincuencia directa. A partir de esta opción, la vida ya se complica y justamente es la decadencia de un sector de la sociedad que hoy sufrimos. Más adelante escribiré sobre el quiebre de los valores. Para que esto no suceda mayoritariamente y, menos aún se expanda peligrosamente, es que entre todos debemos darnos una oportunidad, la oportunidad de buscar nuestro propio destino, un destino que incluya sentimientos de pertenencia a nuestra comunidad, nuestra ciudad que incluya acceso a la EDUCACIÓN, a la SALUD y con DIGNIDAD. Es una buena manera de tener opción a la PROSPERIDAD.
En el próximo número de EL DIARIO BENAVIDENSE, II parte.
Autor: Agustín Rodolfo de la Precilla
Educador Vial desde 1976.
www.delaprecilla.com.ar www.lahoravial.com.ar e-mail: lahoravial@netben.com.ar
*Miembro Fundador en Argentina del Foro Internacional para el Transporte Rural y el Desarrollo(IFRTD) www.ifrtd.org www.ruralwaterways.org www.mobilityandhealth.org
Miembro de CAECIT (Centro de altos estudios de ciencias del tránsito)UTN.

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