jueves, enero 24, 2013

Malas notas para la Argentina

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Foto archivo de blog -------------------------------------------------------------------------- FUENTE:http://www.lanacion.com.ar/1547364-malas-notas-para-la-argentina Retroceso en la libertad económica, baja calidad institucional, trabas burocráticas para la instalación de empresas, pobres calificaciones en las pruebas educativas PISA, alta tasa de robos, poca transparencia en los actos de gobierno y legislativos, y elevada percepción de la corrupción. Esos fueron los resultados de numerosos informes nacionales e internacionales realizados sobre nuestro país en 2012. Son trabajos de organismos especializados en ese tipo de mediciones. Es decir, no son achacables ni a los medios de prensa, ni a las corporaciones a las que el Gobierno adjudica todos sus males, ni a la oposición política. "No nos caemos. Es el mundo que se cae arriba nuestro", suele decir la Presidenta cuando elogia las políticas internas y las confronta con las que, a su juicio, llevaron a países poderosos a la crisis económica más grave que se recuerde, por lo menos desde la década del 30 del siglo pasado. Sin embargo, cada vez que se conoce un estudio mundial abarcativo sobre determinadas cuestiones clave del desarrollo de un país, la Argentina aparece en los puestos inferiores de la mayoría de los rankings, con marcados descensos respecto de años anteriores. El último informe hecho público concluye que, durante la administración de Cristina Kirchner, la libertad económica y la calidad institucional se deterioran en forma progresiva. Fue realizado por Heritage Foundation, con sede en Washington. Ese estudio advierte sobre la "fragilidad" del escenario para inversores ante "la corrupción" oficial y las "intervenciones" del poder político. Cuestiona las estadísticas argentinas y, puntualmente, califica de "no creíbles" a las del Indec. Según el informe de Heritage Foundation, la Argentina quedó situada en la posición 160 entre las 177 economías analizadas. No le fue mejor al país en un ranking previo sobre percepción de la corrupción, realizado por Transparencia Internacional: figura entre las naciones que menos han hecho para combatir la corrupción y revertir la falta o falseamiento de la información estatal. En un total de 175 países medidos, la Argentina se ubica en el puesto 102. Descendió dos lugares respecto de 2011. ¿Qué significa haber quedado tan rezagada en este índice? Básica y lamentablemente, no mostrar un compromiso sincero y sostenido en la lucha contra la corrupción y en favor de la claridad del financiamiento de la política. Refiere también a la no rendición de cuentas a la población por parte de organismos oficiales y a la adulteración de datos públicos. Esa falta de transparencia del Gobierno es la misma que halló en el Congreso de la Nación la Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa cuando, en su informe de fines del año pasado, demostró que nuestro Parlamento figura último en el índice de responsabilidad y acceso a la información comparado con otros cuatro de la región: los de Chile, Colombia, México y Perú. Son miembros locales de esa red la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Poder Ciudadano y la Fundación Directorio Legislativo. Fue elaborado a partir de 193 preguntas sobre aspectos de la actividad parlamentaria: normatividad, labor legislativa, presupuesto y gestión administrativa, y participación ciudadana. En tres de esos cuatro ítems, nuestro país figura último. Mientras las autoridades argentinas siguen minimizando la crisis de la seguridad en el país, el Observatorio de Seguridad Hemisférico de la OEA dio a conocer un ranking de las naciones de América de acuerdo con la tasa de robos. En ella, la Argentina ocupó el primer lugar, con 973 delitos en perjuicio de la propiedad privada, cada 100.000 habitantes. Esa tasa fue de 542, en Chile; de 415, en Brasil; de 410, en Uruguay, y de 123, en los Estados Unidos. La calidad de la educación, en tanto, ha descendido en matemática y lengua, según las pruebas de evaluación internacional PISA, de las que participa nuestro país. Otro informe internacional conocido en 2012 señaló que ninguna de las universidades argentinas se encuentra entre las diez primeras de América latina. No ha sido más venturoso el resultado del Índice de Calidad Institucional a cargo de la Fundación Libertad y Progreso, pues demostró que en los últimos seis años la Argentina ha involucionado notablemente en esa materia, en la que se ubica en el puesto 122 entre 191 países. En 2007, se hallaba en el 93, es decir, en cinco años descendió 29 posiciones. Ese ranking mide el respeto de las naciones por las reglas de juego políticas y económicas, la vigencia del derecho, la percepción de la corrupción y la libertad de prensa, además de la competitividad y libertad globales. Coincidentemente, los especialistas a cargo de estas mediciones auguran un 2013 todavía más negativo para nuestro país en estos aspectos como consecuencia de las sucesivas medidas que ha llevado adelante el Gobierno y que terminarían profundizando aún más esas variables. Es cierto que surgieron otros índices, como los vinculados con la pobreza, que colocan al país en una situación más ventajosa, pero no menos polémica, por cuanto para la mayoría de ellos fueron tomados los datos del Indec que el propio país envía a los organismos internacionales que le piden información. Y ya se sabe de la nula confiabilidad que proporcionan. Por caso, varios estudios privados como el del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) establecieron que tanto la indigencia como la pobreza son cinco veces mayores a las que difunden las autoridades nacionales. Por lo comentado -y seguramente muchos otros informes se podrían agregar a esta nómina sin que se altere el resultado-, nuestro país no puede jactarse de estar haciendo bien las cosas. No es una organización la que lo advierte, sino muchas y de muy distinta procedencia, mecanismos y recursos. Habrá que detenerse a analizar entonces si es correcta la percepción del Gobierno cuando nos muestra un mundo severamente dañado y una Argentina idílica a la que ese mismo mundo pretende hacerle mal

1 comentario:

delaprecilla dijo...

El Editorial de LA NACION, marca claramente la crisis institucional argentina. Me pregunto: ¡Qué funciona corrrectamente en nuestra vapuleada Argentina?