jueves, abril 18, 2013

El populismo muere desde adentro. Por Héctor Leis* SOCIOLOGO, MIEMBRO DEL CLUB POLITICO ARGENTINO

Confieso que no me preocupa tanto lo que los líderes populistas hacen o dicen, sino el consenso que reciben por sus actos y palabras, cualesquiera sean estos. Recientemente, Chávez, el expresidente de Venezuela y uno de los mayores líderes populistas del continente, escondió a la opinión pública los partes médicos de su enfermedad y los médicos que lo atendían, llegando a hacer tanto misterio que nadie sabe a ciencia cierto si murió en Cuba o en Venezuela. Parecía que a sus seguidores eso no les llamaba la atención. Para completarla, su heredero Maduro culpó de su muerte a un virus de fabricación norteamericana que supuestamente le fuera inoculado, antes de transformarse en pajarito y darle consejos. En la Argentina es posible encontrar una “Madre de Plaza de Mayo” como Hebe de Bonafini, que en nombre de los derechos humanos defiende a todas las organizaciones terroristas del mundo que matan personas inocentes en nombre de su lucha contra el imperialismo norteamericano, sin que tampoco aparentemente pierda el halo de mujer piadosa. Del mismo modo es posible encontrar una diputada como Diana Conti o una presidenta como Cristina Kirchner que, en nombre de la democracia pidan que los tres poderes de la república – Ejecutivo, Legislativo y Judicial – sean conducidos por la mayoría gobernante, sin que sus seguidores aparentemente tampoco sospechen que eso significaría una dictadura de la mayoría y, en consecuencia, el fin de la democracia. Todos estos actos y palabras tienen en común una cosa: son atentados contra la lógica. Por eso me preocupa que haya gente que se los crea: ellos son una manifestación cruda del atraso de la cultura política en los países mencionados. Sin embargo, paradojalmente hay en esos mismos elementos señales de esperanza y de cambio positivo. Los efectos de eso ya se vienen sintiendo. Un ejemplo fue el empate técnico en la elección para presidente en Venezuela, y aquí en casa eso también se viene percibiendo en las cada vez más numerosas manifestaciones de la sociedad argentina contra el gobierno. Lo que me da esperanza es precisamente la creciente falta de lógica de los discursos y acciones populistas. Ella expresa de forma clara el comienzo de la decadencia del populismo y de la recuperación de la conciencia perdida por las masas. Los dioses, decían los antiguos griegos, dieron a todos los seres humanos por igual sentido de justicia y pensamiento lógico. Es cierto que no todos lo practican, pero si existe alguna esperanza contra el carisma y falso mesianismo populista es que, en el límite de sus fuerzas, sus líderes comienzan a negar la lógica y la justicia de una forma por demás evidente. Ninguna ideología, fanatismo o carisma puede derrotar en el largo plazo a la lógica, por suerte. Al populismo se lo puede ayudar a retirarse del escenario, pero la primera señal de esperanza que tenemos no viene de la oposición, sino de su delirio omnipotente que lo lleva a fallar con la lógica y con el sentido de justicia, produciendo progresivas e imparables implosiones. El populismo muere desde adentro, su asesino es la lógica. ¿Quién diría? *Autor del ensayo: “Un testamento de los años 70”, Katz Editores, 2013. FUENTE: http://beta.clarin.com/opinion/populismo-muere-adentro_0_903509720.html

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